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La catedral de Plasencia es uno de los edificios medievales más interesantes de Extremadura; sus cualidades especiales nos permiten conocer cómo se construía en la Edad Media. Junto a una primera catedral levantada entre los siglos XIII y XV, de la que aún se conserva parte de sus naves, su claustro, y su bella sala capitular, hallamos junto a ella un segundo templo construido principalmente en el siglo XVI.
Según avanzaban las obras del segundo, se iba derribando el primero. En Plasencia alcanza gran interés, pues quedó interrumpido dicho proceso, y hoy vemos cómo una gran construcción inconclusa del siglo XVI cabalga sobre otra anterior.

El templo nuevo vio aparecer en su construcción a los arquitectos más sobresalientes del momento, aunque su intervención fuese esporádica, y, así, podemos recordar los nombres de Enrique Egas, Francisco de Colonia, Juan de Álava, Alonso de Covarrubias, Rodrigo Gil de Hontañón, Diego de Siloé etc.

En su interior se atesoran importantes obras de arte, entre las que se podrían destacar su sillería de coro ejecutada en el siglo XV por Rodrigo Alemán, y el retablo mayor construido en el siglo XVII.

Hoy me toca hacer un poco de patria con una de las dos catedrales, en este caso la de estilo gótico, de Plasencia; otro día presentaré la fachada románica de la otra.